El olor de la belleza

Ahora que ha llegado la primavera, dicen que la sangre altera. Lo que realmente altera son la cantidad de preciosidades que se ven más y más paseando. ¿Pero por qué? Antes también estaban, pero tapadas y se veían menos. Dejemos de lado la leyenda sobre el gobierno, el verano y las mujeres.

Vayamos al grano; el olor de una mujer sólo se puede apreciar cuando está muy cerca. Esto implica que ya hay un contacto anterior o estás en el metro/autobús hasta los topes. Antes de llegar a esa distancia es muy posible que puedas deleitarte con el perfume que está usando, embriagador como pocos que te hace querer acercarte más de lo que un juez daría por legal. Porque antes de olerla a ella debes de oler el perfume. Todo bien, en general los perfumes, si la mujer tiene estilo casarán perfectamente y sólo querrás más.

El problema viene cuando la mujer no tiene estilo, o en mi idioma, huele a natillas. Sí, natillas, como las de tu madre pero sin canela. Hueles a la chica en cuestión y en vez de acercarte para besarle el cuerpo entero, solo quieres irte a casa a tomarte la merienda. Y lo peor es que se queda tu nariz impregnada del olor durante bastante tiempo. Ya todo desprende natillas. Dios....

A ver, chicas.... las natillas para el frigorífico. Para salir, por favor usad algo que no nos de más hambre que el comeros a vosotras.

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