Cuando las minorias se vuelven elitistas

Lo que más me ha gustado de Internet ha sido la universalización del patio de vecinas. Antes iban por edificios o vecindados, ahora van por temas, foros o blogs.
Con esta universalización (que ni siquiera se si existe el palabro) las mentes elitistas pueden dar rienda suelta a sus deseos más íntimos sin problema, hablar sobre la última movida que recae en el libro X, la película J de festival H que la vieron 7 o el último videojuego indie con presupuesto de crowfunding.

Noticias todas ellas que por supuesto TODOS llevamos al día, si TU no, mal vamos.

Pero aunque la idea es cojonuda y queda muy bien, en cuanto te pasas por esos sitios ves que se reduce al patio de vecinos sólo que atado a un tema.
Si a fulano le encanta la fotografía de tal pelicula, pero el otro piensa que es una mierda porque el director hizo antes no se cual que es mil veces mejor (o peor, a saber). Todo muy ameno.

Depende de donde te metas se hablan de distitintas formas, desde "acho, tU No saveh Nah" a "disculpe caballero, pero discrepo en demasía de su opinión".

Aunque eso sí, todos forman frente común ante los entes invasores, ya sabes a cual me refiero; "El Populacho".
Esa gente ignorante que no sabe de esos temas, que incluso se atreven a hablar sobre ello (¡válgame dios!), que no saben lo que es el "arte". Pobre de ellos, incultos de la materia.

Y entonces empieza igual que Tele5, la retroalimentación. Cuando no hay opiniones de fuera, cuando piensas que lo de fuera ni siquiera puede tener punto de vista se vuelven más cerrados, más capullos (para que negarlo), ese universo creado que vale tanto como tirar una piedra a un estanque.

Justo ahí es cuando te tienes que largar del foro, blog, patio de vecinos y alejarte corriendo sin mirar atrás, no vaya a ser que el aura de pertenecer a un grupo te cambie de opinión. Porque esto es así y punto.

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