Remezclando los exitos
El cine, la pintura, la escultura, literatura, música, ¿videojuegos quizá? Todos tienen en común una cosa, son arte. Pero sólo cuando son buenos, claro. Digamos que pueden llegar a ser arte en su máxima expresión.
¿Y que pasa cuando una obra se acerca a ser arte? Que lo mejor es no tocarla. En general si alguien ha hecho algo muy bueno, la persona que puede crear algo mejor se dedica a innovar, no a mejorar algo ya hecho.
Esto nos lleva en el mundo de la música a las llamadas Remezclas o Remixes. Un remix de una canción se podría definir como: coger una muy buena canción y transformarla en algo insufrible. Las opciones para tal resultado son variadas, a saber:
- El sistema pachin-pachin: todos lo conocemos, es coger el ritmo y cambiarlo para que sea pum-pum-pum de forma continuada. Lo mismo da que sea un tango, una lambada, que una saeta. Al final tenemos la misma canción a 1000rpm y con este ritmo de fondo.
- El sistema “estribillo-dance”: repetir el estribillo de la canción en cuestión con mezcla de música dance entre estribillos, quitando todo lo demás. La canción queda irreconocible, claro.
- El todo vale: he intentado encontrar un nombre que lo describa, pero básicamente son versiones de canciones que solo tienen la letra pero cambian tanto el ritmo como el orden. La mezcla es heterogénea y a veces puedes escucharla sin que te reviente la cabeza, proporción 1 a 1000.
Lo que siempre me he preguntado cuando voy a un bar o escucho la radio es el nacimiento de estas versiones. Si no puedes mejorar algo, y es evidente que no puedes; porque si no estarías creando algo nuevo, déjalo como está y no lo jodas más. Lábrate un nombre de otra forma que no sea destrozando el trabajo de los demás.
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